7 bocados sobre storytelling
“Una buena historia es como un mapa que guía a tu audiencia, ayudándola a entender una idea, generar una emoción o inspirar una acción. Funciona como una puerta abierta, invitando a las personas a entrar. Las historias facilitan la comprensión al presentar conceptos reconocibles y relacionables que refuerzan las ideas en los oyentes”. (fuente)
“¿Querés ayudar a las personas a experimentar algo totalmente nuevo? Contales una historia. Su cerebro se involucrará como si ellos mismos fueran los protagonistas”. (fuente)
“Las historias que incluyen momentos incómodos te ayudan a pensar cómo podrías manejarlos o evitarlos. Las historias que te dejan con una sensación de alegría y calidez pueden reforzar tus decisiones, acciones y valores”. (fuente)
“Los psicolingüistas han demostrado que las historias efectivas nos "transportan" dentro de la narrativa. Esta transportación ocurre cuando nos sumergimos completamente en el flujo de la historia. Tanto la transportación narrativa como la preocupación por los personajes pueden influir en nuestras acciones después de escuchar la historia”. (fuente)
“La diferencia entre cómo procesamos ruido y música es similar a lo que pasa cuando procesamos información e historias. El área de Wernicke, una pequeña parte del cerebro, se encarga de procesar el lenguaje y la información. Cuando leemos o escuchamos palabras, nuestro cerebro las compara con nuestro diccionario interno para entenderlas. Esta área se activa cuando leés, asistís a una conferencia o escuchás datos en una reunión. Sin embargo, solo una pequeña parte de tu cerebro está activa en estos casos. El psicólogo Hermann Ebbinghaus descubrió que casi el 50% de la información se olvida en una hora si no interactuás con ella.
Cuando escuchás una historia, tu cerebro se ilumina de manera más dinámica. Por ejemplo, si te describo los sonidos de una cafetería, las neuronas cerca de tu lóbulo temporal se activan como si estuvieras oyendo el sonido de la máquina de espresso. Si te hablo de las sillas de madera, las tazas amarillas y el delantal colorido de la barista, tu lóbulo occipital se activa para visualizar todo eso. Podés incluso imaginar el aroma del café y los pasteles, lo que hace que tu lóbulo temporal reaccione. Cuando imaginás el sabor del café y la sensación de la taza en tu mano, tu lóbulo parietal se activa. Y si describo a la barista moviéndose mientras sirve el café, tu lóbulo frontal se ilumina.
Las historias involucran todos tus sentidos y activan diferentes partes del cerebro. Los olores, sonidos, imágenes, texturas, sabores y emociones generan actividad neuronal en cada lóbulo. Estos sentidos están ligados a recuerdos y emociones en nuestra "biblioteca" mental. Por ejemplo, un aroma puede llevarte de vuelta a un momento especial con un ser querido. Cada vez que entro en el vestíbulo de un hotel W, recuerdo cuando me lavaban el pelo en el fregadero de la cocina cuando era chico. La fragancia que usan en esos hoteles me recuerda ese champú y desencadena muchos recuerdos agradables. Las historias que activan nuestros sentidos ocupan más espacio en el cerebro y nos hacen sentir como si viviéramos la experiencia”. (fuente)
“Las historias que mantienen la atención y generan resonancia emocional pueden motivar acciones, incluso después de ser contadas, y aunque aborden temas difíciles. Para el cerebro, una buena historia es una buena historia, ya sea en primera o tercera persona, sobre temas felices o tristes, siempre que logren que nos importen sus personajes”. (fuente)
Storytelling checklist:
“Contar una historia tiene un objetivo, ya sea entretener, cambiar la forma de pensar, enseñar algo nuevo o inspirar acción. Cada vez que contás una historia, hacete estas cuatro preguntas para definir tu audiencia y el resultado que querés lograr:
- ¿Qué querés que tu audiencia sepa o piense a partir de la historia?
- ¿Qué querés que sientan o hagan después de escuchar la historia?
- ¿Cuál es su mentalidad actual?
- ¿Cuál podría ser un obstáculo para lograr que la audiencia piense, sienta o actúe de manera diferente?”
(fuente)
Para masticar...
¿Qué historia podrías contar?