Descifrando el Liderazgo: el rompecabezas
Hace algunos días vengo pensando en un problema.
Hay dos personas en una habitación. Están sentadas en sus sillas, con tal desgano que parecen a punto de deslizarse al piso, como si la gravedad se aprovechara de su apatía. En una esquina de la habitación descansa un rompecabezas desarmado, representando un desafío considerable pero, con esfuerzo, posible de resolver.
Cambia la escena. Las mismas personas se encuentran inmersas en el rompecabezas. La silla de uno ha caído, testigo del entusiasmo con el que se levantó para enfrentar el desafío. Ambos se muestran sumamente concentrados, colaborando intensamente en la tarea. Sus rostros reflejan lo significativa que resulta para ellos esta experiencia.
Suponiendo que uno es el líder y el otro es el liderado...
¿Qué tendría que ocurrir para pasar de la primera escena a la segunda?
¿Qué pensamientos deberían cruzar por la cabeza del líder? ¿Y del liderado? ¿Cómo tendrían que actuar? ¿Qué características debería tener el rompecabezas para que el esfuerzo valga la pena?
En esta nueva serie a la que llamo “Descifrando el Liderazgo”, no sólo exploraré las respuestas a las preguntas planteadas más arriba, sino también indagaré en otras cuestiones relevantes que puedan surgir en el camino. Con cada bocado que comparta, estaremos añadiendo una pieza más al rompecabezas que representa este problema. Al finalizar la serie, espero tener un entendimiento más profundo de lo que realmente implica liderar y tener claridad sobre los principios fundamentales de esta disciplina.
Vamos a descifrar el liderazgo, un bocado a la vez.
Para masticar...
Si tú fueras el líder, ¿cómo lograrías que se pasara de la primera imagen a la segunda?