Estoicismo en un bocado
Durante la pandemia de COVID-19 me crucé con el libro The Manual: A Philosopher's Guide to Life, donde el filósofo Epicteto comparte una serie de bocados de sabiduría estoica de los que te dejan pensando. Fue mi primer contacto con esa corriente filosófica, y su contenido resultó ser especialmente pertinente debido a la incertidumbre que enfrentaba en ese momento. Las primeras páginas resumen, en pocas palabras, la esencia del estoicismo:
“Hay cosas en el mundo que dependen de nosotros y otras que no. De nosotros dependen nuestras propias opiniones, objetivos, deseos, descontentos; en resumen, nuestros propios pensamientos y acciones. Las que no dependen de nosotros son: nuestras características físicas, la clase en la que nacimos, nuestra reputación ante los ojos de los demás y los honores y cargos que nos puedan ser otorgados.
Trabajando dentro de nuestra esfera de control, somos naturalmente libres, independientes y fuertes. Más allá de esa esfera, somos débiles, limitados y dependientes. Si pones tus esperanzas en cosas fuera de tu control, asumiendo cosas que pertenecen legítimamente a otros, eres propenso a tropezar, caer, sufrir y culpar a dioses y seres humanos. Pero si enfocas tu atención solo en lo que realmente te concierne y dejas a los demás lo que les concierne a ellos, entonces estarás a cargo de tu vida interior. Nadie podrá dañarte ni ponerte obstáculos. No culparás a nadie y no tendrás enemigos.
Si deseas tener paz y satisfacción, libera tu apego a todas las cosas fuera de tu control. Este es el camino de la libertad y la felicidad. Si quieres no solo paz y satisfacción, sino también poder y riqueza, puedes perder lo primero al buscar lo segundo y perderás tu libertad y felicidad en el camino.
Siempre que la angustia o el disgusto surjan en tu mente, recuérdate a ti mismo: "Esta es solo mi interpretación, no la realidad en sí misma". Luego, pregúntate si está dentro o fuera de tu esfera de control. Y, si está más allá de tu poder controlarlo, déjalo ir”.
Para masticar...
¿Cuánta energía estás destinando a lo que está fuera de tu control?