Una dosis de locura
Hay cosas que hacemos que, para nosotros, tienen todo el sentido del mundo, pero vistas desde afuera, pueden hacernos parecer locos.
En la preparación de un espresso, existe un paso comúnmente llamado “distribución”, esencial para lograr un gran shot de cafeína. Consiste en distribuir de manera uniforme el café molido dentro de la canastita del portafiltro. Entre los aficionados al café, se ha popularizado una técnica que involucra el uso de agujas de acupuntura para revolver y posicionar el café dentro del portafiltro, facilitando así la tarea de homogeneizar la pastilla de espresso antes de iniciar la extracción.
Estoy obsesionado con sacar el mejor espresso en casa; es una persecución activa, así que probar esta nueva técnica de distribución era claramente el siguiente paso para acercarme a mi objetivo.
Compré un set de agujas de acupuntura por Amazon, agarré un corcho viejo de champagne, de esos que ni sabés por qué lo guardaste, y me armé una WDT tool casera. Como era de esperar, rápidamente mis espressos subieron de categoría.
Pero la alegría vino acompañada de algunas preguntas...
Desde entonces, cada vez que alguien pasa por la cocina y se encuentra con mi invento, lanza desconcertado un:
¡¿Qué es eso?!
Mis intentos por dar una respuesta que suene a algo que diría una persona cuerda se van por el caño cuando digo “agujas de acupuntura”. La imagen tampoco ayuda: mi extraña creación se posa dentro de un vaso transparente lleno de arroz amarronado por los restos de café batido.
Solo un loco haría eso.
Pero la locura es cordura en el contexto de mi persecución. Donde algunos ven un mamarracho, yo veo la herramienta que necesito para acercarme un poco más a lo que quiero.
Esto tiene pinta de ser síntoma de una persecución verdadera.
Mi padre también está persiguiendo algo, en su caso, relacionado con la fotografía. Hace poco, construyó un dispositivo para digitalizar negativos, usando caños, la tapa de una mesa, pintura en aerosol y algunos accesorios especializados. Es casi como encontrarse con el Mars Rover en la mesa del comedor cada vez que visito su casa.
Se encuentra en una situación parecida. Lo que para mí puede resultar una locura, para él tiene todo el sentido del universo.
Probablemente pasó semanas planeando su proyecto: pensando en qué comprar en la ferretería, las herramientas a utilizar y los pedidos que debía hacer por internet.
Otra verdadera persecución.
De esas en las que te cuesta más quedarte quieto que avanzar. Que te llevan a desvelarte buscándole la vuelta para sumergirte más profundo.
Una dosis sana de locura puede ser una señal de que estás persiguiendo algo realmente valioso.
Porque al final del día, no te imaginas tu vida sin acercarte a tu objetivo.
Para masticar...
¿Qué hacés que para vos tiene todo el sentido, pero visto desde afuera podría parecer una locura?