Defensividad, juegos y bucles
Hola, 👋
Para cortar la semana, te comparto 5 cosas que me dejaron pensando y 1 pregunta para masticar:
- Jordan Peterson sobre cómo “jugar más” en la vida:
“Si lográs establecer correctamente la estructura implícita de la percepción, todo se transforma en un juego. Y no solo eso, un juego que querés jugar. Y tal vez, al final del día, un juego que desearías jugar eternamente.
Sabemos que los juegos necesitan reglas, sino no hay diversión, y el orden es esencial para la libertad. Eso es tu vida: las cosas que hacés todos los días, lo cotidiano. ¿Te imaginás poner en orden todas esas cosas cotidianas? Esas son las reglas del juego. Una vez que lo cotidiano está bien establecido, ahí podés empezar a jugar. Porque todo lo rutinario ya está en su lugar”.
Cuando el cuarto de mis hijas está desordenado, ni se les pasa por la cabeza entrar. Pero cuando está recién ordenado, pasan horas jugando, a cada rato descubriendo un juego nuevo. Algo similar me ocurre con mi oficina. Cuando mi escritorio está ordenado, el trabajo fluye y se disfruta. Y cuando no, se dificulta. ¿Cómo cambiarían mis días si tan solo pusiera todo lo cotidiano, eso que repito a diario, en orden? - Un fragmento del libro “The Culture Code”:
“La mecánica de la cooperación puede resumirse de la siguiente manera: Los intercambios de vulnerabilidad, que naturalmente tendemos a evitar, son el camino a través del cual se construye la cooperación basada en la confianza. Esta idea es útil porque nos permite echar un vistazo al interior de la maquinaria del trabajo en equipo. Como veremos, la cooperación no simplemente aparece de la nada. Es un músculo grupal que se desarrolla siguiendo un patrón específico de interacción repetida, y ese patrón siempre es el mismo: un grupo de personas involucrándose en el arriesgado, ocasionalmente doloroso, pero finalmente gratificante proceso de mostrarse vulnerables juntos”.
Mostrarse vulnerable frente a otros requiere coraje, y al hacerlo, enviás una señal de confianza: “Confío en vos, por eso te cuento algo incómodo para mí”. Por reciprocidad, el otro se sentirá en “deuda”. La próxima vez que tenga algo incómodo para compartir, sentirá que devuelve el favor al hacerlo. Se forma un bucle de señales de vulnerabilidad que viajan entre los miembros del equipo, fortaleciéndolos para cooperar de la mejor manera posible.
Sintiéndome en confianza, me animaré a pedir ayuda, reconocer errores y admitir mi ignorancia frente al resto. Pero nada de esto será posible si no están dadas las condiciones para que los miembros del equipo se animen a ser vulnerables. - Esta cita de Carl Jung:
“No soy lo que me pasó, soy lo que elijo ser”.
Una mentalidad de crecimiento en acción. - La importancia de controlar nuestras tendencias defensivas (del libro “Radical Collaboration”):
“La principal razón por la que las personas tienen problemas en las relaciones es porque se ponen a la defensiva. Como juez, a Jim raramente le tocaba tratar con cuestiones puramente legales. Las partes usualmente terminaban en litigio porque uno o ambos lados se volvían temerosos y defensivos. Cuando las personas se defienden, su pensamiento se vuelve rígido y son malos resolviendo problemas. La defensividad no solo afecta sus propias habilidades para resolver problemas, sino que también hace que todos los demás se pongan a la defensiva, rígidos e ineficaces. Cuando una sala está llena de personas defensivas, con un pensamiento rígido y solucionadores de problemas ineficientes, ¡el resultado es un desastre!
Estar a la defensiva es veneno para las buenas relaciones. En un conflicto, la defensividad es como sangre en el agua para un tiburón. Un poco aquí, un poco allá, y en poco tiempo la situación se degrada en una locura.
La defensividad, en última instancia, no se trata de protegernos de otras personas. La gente se pone a la defensiva porque no quiere experimentar sentimientos incómodos dentro de sí mismos. Ponerse a la defensiva bloqueará temporalmente los sentimientos que no quieren experimentar. El psicólogo Gary Chapin dice que la defensividad son 'secretos que inconscientemente nos guardamos para nosotros mismos'. Por ejemplo, si nosotros (Ron o Jim) estamos dando un taller o una charla y tememos que no estamos haciendo un trabajo competente, ese miedo puede generar un considerable malestar. En lugar de dejarnos sentir y explorar esta incomodidad, podemos comportarnos inconscientemente de formas que nos permitan evitarla, descartarla o disminuirla. Esto generalmente implica culpar a alguien más”.
Me recuerda a la analogía del jinete y su caballo. Cuando me pongo a la defensiva (bloqueo emocional), mi caballo empieza a corcovear. Tenso las cuerdas, pierdo el control y la situación empeora. Pero siempre puedo hacer algo para evitar caer: tomar consciencia de la situación y cambiar mi estrategia, hasta poder dar con la sensibilidad adecuada para maniobrar las riendas y controlar a la fiera.
- “Una persona racional puede encontrar la paz cultivando la indiferencia hacia las cosas que están fuera de su control”. — Naval Ravikant
Seneca sugería: “Siempre que la angustia o el disgusto surjan en tu mente, recuérdate a ti mismo: 'Esta es solo mi interpretación, no la realidad en sí misma'. Luego, pregúntate si está dentro o fuera de tu esfera de control. Y, si está más allá de tu poder controlarlo, déjalo ir”.
¿Cuánta energía estás destinando a lo que está fuera de tu control?
¡Buen provecho!
Rodri
Para masticar...
¿Qué cosa que hacés todos los días te gustaría organizar mejor?