No podés planear quién cambiará tu vida, por Steve Jobs

Vos no podés planear el momento en que conocerás a la gente que va a cambiar tu vida.

A mí, por ejemplo, me invitan a dar charlas en la escuela de negocios de Stanford una o dos veces al año, y siempre trato de ir. Un jueves a la tarde acepté una de esas invitaciones, aunque no me sentía muy bien y además tenía una cena importante esa misma noche con unos clientes en una bodega en Page Mill Road.

Cuando llegué, el lugar estaba lleno: no había suficientes asientos y varios estudiantes se habían sentado en los pasillos. Un profesor les pidió que se corrieran para no bloquear las salidas de emergencia, y en ese movimiento, una chica terminó sentándose en uno de los asientos reservados en la primera fila que supuestamente era para mí y mi supuesto “séquito”.

Yo llegué solo y me senté en la primera fila. De inmediato noté a esta chica linda justo a mi lado. Ella se sorprendió cuando vio que era yo quien se levantaba a dar la charla, y yo me di cuenta de que algo pasaba cuando, mientras hablaba, me distraje mirándola y perdí el hilo a mitad de una frase.

Después de la charla, me quedé a conversar con algunos estudiantes y ella también se quedó un rato... pero en algún momento se fue. No tenía ni idea de quién era, ni cómo volver a contactarla, y pensé que tal vez nunca la vería de nuevo. Entonces decidí terminar la charla y me fui. La alcancé en el estacionamiento.

Le pregunté si quería cenar conmigo el sábado. Ella dijo que sí y me dio su número de teléfono. Pero mientras caminaba hacia mi auto, me pregunté...

“Si hoy fuera mi último día, ¿preferiría cenar con esos clientes o con ella?”

Inmediatamente volví corriendo hasta su auto, justo antes de que se fuera, y le propuse cenar esa misma noche. Ella aceptó, y nos casamos 18 meses después.

Puede que también hubiese funcionado si yo esperaba al sábado, y capaz esos clientes me habrían dado más pedidos si me presentaba a cenar con ellos… Pero, ¿quién sabe? Tal vez ella tenía otros planes y todo habría sido muy distinto.

Vos no podés planear a las personas que van a cambiar tu vida. Sucede simplemente, sea por azar o por destino. Lo que sí podés hacer es reconocer ese momento cuando aparece, y tener el valor y la lucidez para aferrarte a él.